No Te Va Gustar presentó el pasado viernes su ultimo disco “Por lo menos hoy” en el Salón Metropolitano. Ante una imponente congregación de público, en el galpón que alberga espectáculos en el Alto Rosario Shopping, los uruguayos visitaron Rosario donde ya integran la elite de los que llenan lugares y agotan entradas rápidamente en la ciudad.
NTVG. foto de archivo: Facebook de la banda
“Cada vez somos más” anunció Emiliano Brancciari, el cantante nacido en Munro que tiene la banda uruguaya. El líder de NTVG se mostró sorprendido, en el Metro ante el crecimiento del público ya que el último registro de la banda del paisito había sido en el Anfiteatro Municipal y con también una gran afluencia de fanáticos.
El show del viernes 5 fue un calco de aquel de setiembre de 2010 pero con bastante más gente. No Te Va Gustar vino a presentar “Por lo menos hoy” pero sólo hizo apenas un par de canciones de la placa. El hit meláncolico “Chau”, por ejemplo, que se contrapuso con el clásico nostálgico “Al vacío” para que las voces taparan al propio Brancciari en un set convicente y complaciente.
Con candombe, reggae y murga el grupo uruguayo abrió una impronta de ritmos muy completas en la noche del Metropolitano. Pablo Coniberti aportó slide, riff, solos y suplantó a Brancciari (antes era primer guitarra) que se encargó de darle las pinceladas más folklóricas y tangueras a NTVG y muy bien lo hace.
El líder, pese a su humildad, mutó a una especie de punta de lanza de la banda aunque su humildad siempre lo puso a la par de sus compañeros, como el trombonista Denis Ramos que tuvo su show aparte liderando los vientos de NTVG.
Si bien Brancciari encabezó el cartel de la banda montevideana, su perfil bajo lo alejó de esa demanda de rockstar aunque enloqueció al público femenino con la dulce melodía de “Ángel con campera” y emocionó a todos con los acordes rioplatenses del collage “Cosa linda” y “Clara” punteando un acústica en solitario.
Las guitarras son el timón de esta banda argentina por adopción que impuso canciones de amor sin dobles sentidos, vicios, ni referencias rebuscadas. Ya sea en el power de “Cero a la izquierda”, en los matices del Río de la Plata que tiene “Cielo de un sólo color” o en la reversión punk improvisada de “No era cierto”.
Pero no todo fue aflicción en la noche del Metro que tuvo un sonido con mucho “rebote”. “Ya no hay dolor” fue despidiendo la noche con sus cadencia root y su mensaje positivo: “Mañana vas a ser un gran día de lo digo yo…” y NTVG saludó a la uruguaya; correctos, sencillos y con consejo de madre, faltó un amargo cebado para la cálida frase de despedida de Brancciari: “Chau, tengan cuidado cuando vuelven”.