No te va gustar es cada vez más local en Buenos Aires. Esta noche harán su tercer Luna Park luego de dos noches a sala llena. El viernes, en su reencuentro con el público porteño, entregaron un maratónico y enérgico show de dos horas y media con más de treinta canciones presentando su último disco, El camino más largo, un trabajo que se atreve a explorar con sonidos electrónicos.

La banda, fiel a esta apertura musical, se dio el gusto de abrir la noche con un Dj tirando pistas en vivo y un juego de luces hipnóticas. Luego hubo tango, reggae, un set semiacústico, mucho rock e incluso se atrevieron con pasajes de jazz y funk. De movida salieron con la historia de El camino más largo, la que habla de que el hecho de disfrutar el viaje y el paisaje es tan importante como llegar a destino.

Con el primer acorde de Pensar quedó claro que la idea de armar un recital cada vez más rockero, como pretende la banda de Emiliano Brancciari, va en serio. Abundaban las lágrimas en los rostros de cientos de adolescentes enamoradas de la música y, por qué no, de los músicos. Hubo mucho para destacar, como cuando la melodía de What a wonderfoul world enganchada con Verte reír puso los celulares en el aire y disparó el coro que iba a acompañar al grupo durante el resto de la noche. Allí se lució el saxo de Mauricio Ortiz. "Esta capaz que la conocen", arengó el cantante antes de No hay dolor, logrando el momento más emotivo de la primera mitad del recital con el público entonando mañana va a ser un gran día, te lo digo yo.

Después llegaría el tiempo de los temas más intimistas con guitarra acústica: Sólo tu boca, Difícil y Te quedas, la canción favorita del cantante, dedicada a su abuelo. La versión tanguera de Clara, uno de los caballos de batalla de la banda que alguna vez cantaron en Buenos Aires junto a la Falta y Resto en su versión murguera original, fue una de las mejores sorpresas. El pasaje rioplatense continuó con Como si estuviera, el tema del último disco en clave de dos por cuatro.

"No hay palabras para explicar lo que sentimos al cruzar el Río de la Plata y recibir este cariño", agradeció el cantante para presentar Navegar. El que no salta es militar, le respondió la gente luego de que cerraran a pura rima rapera con El oficial. Hubo parodia también, con Brancciari disfrazado de conductor de noticiero, haciendo El mismo canal.

Todo sería para arriba en el final: se destaco el trombón de Te quiero más, la apasionada intervención de Juan Casanova en Tan Lejos, el pogo con la ranchera Más feliz, el descontrol de Fuera de control, la emoción de No era cierto y la furia de Al vacío. El pasaje de Todo un palo, de los Redondos, llenó de luz el campo que explotó con Te voy llevar. Recién entonces los músicos se fueron, sólo para recargar las pilas hasta hoy. Porque saben, desde hace tiempo, que en Buenos Aires no están solos.

Datos: Clarin.com