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El rock local se fue de vacaciones

Festival. La Paloma vivió una noche de bandas "grandes", que reunió a 14.000 personas

SEBASTIÁN AUYANET

En un verano con ausencia de espectáculos musicales, el Bahía Rock se afirma como evento ideal para la estación. El sábado, las bandas más populares tocaron para unas 14.000 personas, entre turistas curiosos y un público que todavía responde.

"Gracias por apoyar al rock nacional", dijo Emiliano Brancciari cuando el polvillo del predio aún se levantaba después de los saltos. Acababa de sonar Este fuerte viento que sopla, tercer tema del set que No Te Va Gustar presentó el sábado pasado.

La frase no pasa de largo porque tiene mucho que ver con el comportamiento reciente del público local. Sin esperar los cientos de miles que suelen llegar a Durazno para el Pilsen Rock, la baja en la asistencia es de todas formas notoria. De un promedio de 100.000 personas en el Pilsen se pasó a unas 14.000 en el Bahía para un evento que llega sin frío ni viajes en tren, y con una grilla de bandas muy similar.

Las razones pueden ser muchas y demasiado discutibles. El acostumbramiento a un formato de eventos que ya podría pensar en modificaciones o incluso el tener que pagar por la entrada -el público del Pilsen Rock entró gratis o pagó un precio casi simbólico durante varios años- son apenas algunos argumentos.

De todas formas, eso no atenta contra la idea. En su segunda edición, el Bahía Rock, un evento que llega en la época más adecuada (en todo el mundo la mayoría de los festivales de música se realizan en verano) cayó a metros del centro de La Paloma y junto a los campings atestados. La noche se estiró, Buitres mediante, hasta las dos y media de la mañana.

A las seis y uno. La organización anunció puntualidad y no mentía, cosa que afortunadamente pasa desde hace tiempo. Cuando muchos que tenían su entrada recién subían de la playa o "hacían base" comiendo en el famoso Baurú Gigante de La Paloma, Cursi inició un set de cincuenta minutos que recibió a quienes se decidieron a entrar temprano, cuando el Sol todavía pegaba bien fuerte.

Los primeros fanáticos que no hicieron caso del horario entraron a las corridas cuando, con música de la película Star Wars de fondo, apareció Trotsky Vengarán. Más de uno que llegó al predio con la remera del diablito (junto a la momia, las mascotas del grupo) se perdió la hora de punk vertiginoso del grupo que vieron unas 4.000 personas. "No intenten tocar tan rápido como nosotros en sus casas, nosotros lo hacemos porque estamos vigilados", avisó el guitarrista Hugo Díaz, siempre secundado por el cantante Guillermo Peluffo.

Cerca de las ocho menos cuarto empezó el que sería el set más contundente de la noche. En 70 minutos de ensayo y aciertos, La Trampa -con Laura Romero, de Vendetta, ya estable como segunda guitarra del grupo- presentó casi la mitad de las canciones de su disco El mísero espiral de encanto. Si bien alguno entre el público acusó con humor a Garo Arakelian de "pinchar la pelota" cuando empezó la melancólica Shangrilá, la gente escuchó con atención las nuevas canciones. La banda retribuyó con "hits": Muerte serena, Caída libre y Mar de fondo. La siempre difícil tarea de incorporar música nueva y equilibrar un set que no aburra fue conseguida por el ahora quinteto.

Lento pero seguro, el ingreso del público ya cubría buena parte del predio cuando llegó No Te Va Gustar. El grupo también presentó canciones de su recientemente estrenado El camino más largo, en medio de un público que acompañó coreando y a los saltos a viejos clásicos como ese y otras canciones estrenadas hace poco, como Tan lejos.

Por ahí ya se colaban varios turistas: argentinos con remeras del grupo, un "gaúcho" de Porto Alegre que recordaba el paso del grupo por esa ciudad y chicas holandesas que seguían a destiempo la música del grupo, como si en vez de un concierto de rock el Bahía fuera una "rave". Muchos de ellos se perdieron entre la gente a los saltos, curiosos por el "pogo" que, al medio y adelante, armaban varios quinceañeros y algún viejo rockero con accesos de nostalgia.

En ese momento aparecieron sin avisar varios integrantes de La Vela Puerca. Junto a NTVG tocaron cuatro canciones, incluida Volvé a tu casa, el previsible tema de despedida de Brancciari y compañía. Ya con todo el escenario para ellos, la extensa presentación de La Vela sorprendió por errática. Hubo pifias en varios temas, tanto en música como en las letras, y más de un fanático pegó algún grito de protesta.

Los que no pifiaron fueron los Buitres que presentaron un set parejo y algo sucio en el sonido, que fue observado desde atrás del escenario por varios músicos, entre ellos Sebastián Teysera de La Vela y Diego Barthaburu, de NTVG. La nueva camada de fans se sacó las ganas de chocar, levantar banderas y caerse a la tierra con los temas de Canción de cuna para vidas en jauría; pero también hubo rescates emotivos como Avril y Natalia.

Cerca de las dos, más de la mitad del público ya había abandonado el predio, con la mayoría atraída por la música bailable que ya oponían los boliches de La Paloma. El Bahía Rock, así como toda la escena local, deberá aprovechar 2009 para cuestionarse cómo no repetirse y mantener o extender a ese público al que se acusa de poco ávido pero que, de momento, se sigue acercando al género con ganas.

Tres que hablaron sobre el escenario

Garo Arakelian

La Trampa

El guitarrista se dirigió más de una vez al público: "Gracias por entender que no somos una banda que toca sólo `hits` y prestar atención a las canciones nuevas. Es algo que nos diferencia del público de otros países: saber escuchar".

Emiliano Brancciari

No Te Va Gustar

El cantante y guitarrista saludó varias veces al público y recordó el multitudinario concierto que dieron en La Paloma hace tres años. "Gracias por apoyar al rock nacional", dijo sobre el comienzo de su set.

Guillermo Peluffo

Trotsky Vengarán

Trotsky volvió a disfrutar de su particular relación con la gente. "Distinguido público de La Paloma, queremos decirles que sabemos que son hippies, y está todo bien" dijo, mientras la gente le devolvía insultos en un rito que ya es costumbre.

Tres canciones, tres momentos

"Mar de fondo" - La Trampa

Los nuevos temas del grupo fueron acompañados. Por eso, la banda le regaló al público una despedida que desató un coro de miles. Una fuerte descarga de energía, con músicos encendidos.

"Te voy a llevar" - NTVG y La Vela Puerca

Los 14.000 asistentes, sumados a otros cientos que miraban desde afuera, estallaron en el estribillo de este "hit" de NTVG acompañado por media Vela Puerca. Sobre el final se animaron a un "medley" para fusionar el tema con Todo un palo, de los Redondos.

"Frío Oscuro" - Buitres

Uno de esos regalos que los Buitres sueltan cada tanto en sus conciertos y que hacen recordar que a pesar del recambio de canciones, todos fuimos fanáticos de Buitres alguna vez. Fue de los temas más aplaudidos.

Colados, "groupies" y Turistas

Entradas: En la previa se habían vendido unas 7.000 entradas anticipadas a $ 250. En la puerta, el precio subía cincuenta pesos más, pero la venta de entradas se extendió hasta la hora de comienzo de los conciertos de cierre.

Verla de afuera: sobre la mitad del festival aparecieron cientos de personas afuera del predio que se contentaron con seguir el show desde las pantallas gigantes.

Servicios: Alrededor del extenso predio, unos siete puestos de bebida y comida ofrecían cerveza, whisky y hamburguesas. Además, la cantidad de baños disponible (42) alcanzó y sobró para la demanda existente. Un puesto de asistencia estaba ubicado al costado del escenario. Salvo alguna salida esporádica de la ambulancia estacionada al lado de esa carpa, no hubo complicaciones. Los integrantes de la asistencia se retiraron sobre la mitad del set de Buitres.

"Groupies": Cuando NTVG y La Vela Puerca llegaron al predio, apareció un importante grupo de fanáticas. Cuando tocó La Vela, se vieron varias chicas al fondo del escenario, viendo al grupo de cerca y vestidas como para salir a bailar ni bien terminara el toque.

Tocar y grabar: Diego Drexler, bajista de Cursi, se queda en La Paloma hasta el día 15, pero no para vacacionar. Junto a Matías Cella, colaborador de su hermano Jorge, están produciendo el nuevo disco de Daniel Drexler en una casa que el músico alquiló en las afueras del balneario.

El País Digital

2 Mensajes eNeTeVeGeros:

Anónimo Nos comentaba...

que grandes...!!1
ntvg lo mejorrrrrr

Anónimo Nos comentaba...

Que buenooooooooooooo
sacadisimooooooooooooooooooooo

Dejanos tu comentario,gracias

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