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Presentó su disco "El camino más largo" el domingo

SEBASTIÁN AUYANET

Después de la tormenta eléctrica del sábado que alteró los planes, NTVG recibió a su público el domingo. Tres años después de pisar la pista de ciclismo por última vez, volvieron bien ensamblados y con temas nuevos de diversa aceptación.

"No estamos preparados para morir", dice la primera canción de El camino más largo, que también inauguró el concierto del domingo.

Esa frase es una declaración de principios: a pesar de los pronósticos y vaticinios, No Te Va Gustar pelea por mantenerse como la banda más convocante del país y se mantiene, aunque la respuesta del público hoy no permita llenar dos Velódromos como hace tres años.

Su imaginario de público se mantiene: además de las habituales chicas pertenecientes a algún club de fans aparecieron hijos con sus madres, madres con alguna abuela y abuelas haciendo mover las manos a algún abuelo que sonríe pintan al público de NTVG, algo que el grupo busca desde que empezó a escribir su historia.

Cuando el nuevo disco llegó a las tiendas, Emiliano Brancciari y compañía lo presentaron como un trabajo orientado a recuperar la fuerza del grupo en vivo, algo que se notó desde el arranque. De pronto, el DJ que ambientó la caída del sol largó su consola e inmediatamente, el sample de El camino dio paso a la entrada del grupo. De ahí saltaron a Pensar, y el ambiente familiar se terminó de materializar cuando apareció una pareja con su hijo de un año bailando "a caballito" en el día de su debut en vivo.

Está claro que las presentaciones de No Te Va Gustar comparten varias señas comunes. Las proyecciones audiovisuales, los finales con Volvé a tu casa y Te voy a llevar, la camiseta de Solymar del trombonista Denis Ramos son apenas tres de ellas.

Sin embargo, el grupo sigue intentando sorprender desde las pequeñas novedades sobre el escenario. En este caso, además de los videos en vivo y las animaciones en cada canción, el público presenció un verdadero videoclip "en vivo" en el reggae El mismo canal, en el que Brancciari se caracterizó como un informativista de televisión en un estudio montado detrás del escenario que habla como si la teoría de la aguja hipodérmica de los medios siguiera vigente.

La banda también bajó línea en Esta plaga, una inquieta canción con los vientos al frente en la que se proyectaron consignas políticas de todo tipo y bandera, desde "Manos a la obra" hasta "La gente se merece que le canten la justa". A la hora de rescatar Poco, una larga línea de mujeres con los ojos cubiertos por una venda, subieron al escenario llevando cada una un cartel que recordaba a una mujer fallecida por violencia doméstica. El final de esa canción fue seguido de un ceremonial y extenso aplauso, el más largo de toda la noche.

Grandes valores. Ya había pasado un pequeño intervalo con más electrónica en el que muchos fueron por bebida y comida y el grupo había vuelto con algunas canciones lentas.

Llegaron Niño, un tema con dedicatoria poco sugerida a algún personaje del ambiente musical y Verte reír, otro reggae ideal para novios y novias. Si bien esas versiones no destacaron por cambios en los arreglos (apenas el link directo a Mañana en el abasto, de Sumo), la novedad esta vez fue Clara.

Brancciari se sacó de encima el lugar común del arrebato murguero y se animó a la impostura del tango. Quedaron sobre el escenario él y el tecladista Marcel Curuchet, a quien el cantante agradeció al final con un gesto de malevo. La raíz tanguera del nuevo sonido del grupo también asomó en Como si estuviera, otro de los temas que comprueban la reciente sensibilidad de Brancciari con las cuestiones de la muerte y el paso del tiempo. Después, comenzaron a aparecer los invitados. Fernando Santullo, el LMental de Peyote Asesino, calentó la garganta para el próximo domingo con los versos de El oficial. El cuartetero Roberto Musso acompañó en Mirarte a los ojos -canción dedicada a los viejos compañeros Mateo Moreno y Pablo "Chamaco" Abdala- y comenzó a cerrar la lista de acompañantes que también integraron el ex Vinilo Pablo "Bambino" Coniberti, el trompetista Alejandro Piccone y la cantante Elena Prieto.

El último que pasó por el escenario fue Juan Casanova. La canción en cuestión (Tan lejos) es una composición de Brancciari que se gestó en 2001 y vio la luz en este disco. La combinación entre el gancho guitarrero -casi como una canción de campamento- y la melancolía del registro de Casanova la vuelven el mejor tema del nuevo disco con diferencia.

La noche empezó a terminarse con las canciones que todo el mundo esperaba. Este fuerte viento que sopla hizo flamear algunas de las pocas banderas que se colaron al Velódromo (incluida una de Argentina), y el chamamé-rock Mucho más feliz puso a bailar a las más de 8.000 personas que se repartieron el pasto y las gradas. Sobre el final cayeron los dos "hits" y la sensación de que es difícil hacerse a la idea de que Brancciari vuelva a componer una canción como Te voy a llevar.

El grupo no parece ver eso como una presión. Sin mirar a las presentaciones locales como una fecha de Eliminatorias, No Te Va Gustar disfruta del pasado y de un repertorio como pocos mientras le busca la vuelta a cómo legitimar lo nuevo con mayor o menor resultado. Es que una cosa es lo que es No Te Va Gustar y otra lo que algunos esperan de ellos. Para muchos, eso es una suerte.

La revancha se juega en el Luna

En Argentina, cada vez más gente escucha a No Te Va Gustar. Lo confirman sus presencias regulares en los festivales que se organizan allí y la diversa presencia de las canciones del grupo en cortinas de programas de televisión, o la atención que han generado en revistas como Rolling Stone.

Todo eso tendrá una confirmación los días 24 y 25 de abril en el Estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires. Como lo hizo La Vela Puerca hace algunos años, NTVG tendrá su encuentro en uno de los lugares míticos de la música en esa ciudad (grupos como Babasónicos suelen presentar disco allí) y un paso adelante en el camino que desanduvo hace algunos años la banda Sebastián Teysera y compañía. Antes, la banda enfrenta sus primeras cinco fechas en Cuba.

La cifra

8.000 El número aproximado, entrada más entrada menos, que estimó la producción del evento sobre la cantidad de asistentes.

El País Digital