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Entrevista a Emliano en la revista H



Emiliano de NTVG
Es argentino pero vive en Uruguay. Se llama Brancciari pero lo identifican como el frontman de No te va Gustar. Forma parte de la camada que fusiona Rock & Pop, Radiohead y Rubén Rada. El 24 y 25 están en el Luna.

-¿Vos estás más o menos “fuera de control” de lo que te gustaría?
-Me gustaría un poquito más, quizás. Porque es como que tengo muchas responsabilidades dentro del grupo, en todo sentido. Puertas para dentro también. Muchas veces pienso que me gustaría aflojar un poquito las cosas, pero como soy bastante obsesivo y quiero ocuparme de todo, no puedo. Preferiría dejar un poco ese control de todo y salir a joder un poco más.
-¿Y por qué no lo hacés?
-Supongo que por mi forma de ser. Por un lado soy una persona bastante tranquila y, por el otro, siempre intento ponerme el equipo al hombro. Me encanta saber qué pasa, estar en todo. Es mi pasión. No puedo estar en mi casa sin pensar en qué se puede hacer, dónde se puede tocar o sin componer. Me es muy difícil desenchufarme y salirme de lo que me gusta.
-¿Y la fama? ¿No ayuda al descontrol?
-Tengo la suerte de vivir en Montevideo y allá es otra cosa, es todo más tranquilo, no existe esa fiebre de la fama. Entonces es como que la gente te reconoce, te saluda, pero nada más. En Montevideo, al ser mucho más chico, es más probable que te encuentres con gente de la tele o que sea famosa, entonces esa euforia baja, es algo casi común. En Argentina, no todos los días te vas a encontrar a Charly García en un supermercado. Hay como una histeria increíble, sobre todo por la gente que sale en la tele. Gente a la que le piden un autógrafo y nunca hizo nada por nadie.
-Vos naciste en Argentina. ¿Qué música escuchabas antes de cruzar el charco?
-Yo viví en Argentina hasta los 12 años, escuchaba de todo. Seguía mucho rock nacional. Escuchaba la Rock and Pop y la Z 95, que creo que no existe más. Y me gustaban varias bandas, desde los Redondos hasta Los Pericos… Los Cadillacs, que estaban sonando bastante, también. Y Charly y Sumo, obviamente. Pero era muy chico, así que los primeros recitales a los que fui eran en Uruguay. Quizá viajaba a Argentina a ver alguno importante, porque en Uruguay muchos músicos importantes no iban.
-¿Por qué te fuiste a vivir a Uruguay?
-Mi madre es uruguaya y, cuando mis padres se separaron, viajé con ella. Justo fue la época de la hiperinflación y todo ese quilombo. Mi vieja no conseguía laburo y, como teníamos familia en Uruguay, nos fuimos. Me gustó la idea porque era el lugar donde siempre íbamos de vacaciones, era como alargarlas para siempre. Después se me hizo un poquito duro, pero me acostumbré a Montevideo, que es increíble.
-Y de ahí tus influencias musicales.
-Sí, se sumaron cosas… En Uruguay se escucha mucho rock argentino, pero tiene otras cosas. Al principio me chocaba el cambio, no me entraba ni la murga, ni el candombe, ni nada. No entendía cómo a los uruguayos les gustaba eso. Y, con el tiempo, le empecé a encontrar el gusto. Después terminamos tocando con Rada y pasaron cosas importantes, que obviamente incorporé a mi mundo musical.
-¿Y hoy? ¿Sos de ir a recitales?
-Se me complica porque cuando tengo un fin de semana libre, no quiero moverme, quiero estar en familia. Entonces es difícil ir a ver cosas. Por ejemplo, vino Radiohead en marzo, pero nosotros estábamos tocando en Costa Rica. Todo no se puede. Me hubiese encantado porque me moría por ver a Radiohead en vivo. A veces priman el descanso y el no hacer nada. En Uruguay hay muy pocos recitales importantes, entonces todo el viaje hasta Buenos Aires cansa.
-¿Pueden convivir la familia y el rocanrol?
-Son compatibles. Cada cosa tiene su lugar, aunque se rozan. Pero no se puede mezclar todo, todo el tiempo. No puedo llevar las 24 horas la música a mi casa ni mi casa a la música. Por momentos sí, es lógico, es mi vida. Pero todo tiene que tener su parte exclusiva, digamos. Por mi personalidad, soy bastante, introspectivo, no me gusta mucho mostrar canciones y esas cosas.
-¿Te sirve el sufrimiento para componer?
-Sí, sirve. Igualmente, muchas veces componiendo una canción exagerás. Tenés el permiso para exagerar y, cuando sufrís vos, también tenés permiso para sufrir más que todos los que están escuchando la canción. Y, de repente, no es tan grave lo que te está pasando. Pero es música y es arte, y podés llevarlo para donde quieras. Esa libertad es de lo más lindo que te puede pasar. A mí escuchar las canciones que compuse estando mal me ayuda porque me permite darme cuenta de que no era tan grave lo que pasaba, es como hacer catarsis o una terapia a través de la música.
-Hablando de sufrimiento. Hay una historia de amor en una de tus canciones…
-(Interrumpe) Sí, “Clara”. El que la conoce y está triste te dice “no la pongaaas” (Risas). Nunca pensé lo que podría llegar a ser esa canción. En Uruguay pegó muy fuerte y hasta la cantan los coros en las escuelas, es como un himno, una cosa rarísima. Te ponés a pensar en el momento en el que la estabas haciendo y no entendés… (Piensa) Yo vivía en un cuartito, en el sótano de la casa de mi vieja. Ahí nació ese tema. Se ve que algo generó, sin querer.
-¿Creíste que iban a tener esta popularidad?
-Sólo pensaba que era feliz haciendo lo que hacía. En un principio, que te fueran a ver tus amigos, era importantísimo, lo que más queríamos. Después todo fue cambiando, empezó a vernos gente que no nos conocía y pasaron cosas que uno nunca llegó a soñar. Si te desvivís por triunfar, lo más probable es que te frustres o que no llegues. O que, si llegás, ya no tenga gracia.
-¿Cómo hacés para no perder la cabeza ahora?
-Ya llevo tocando con No te va Gustar 15 años. No es que de repente nos encontramos con la fama. Fue todo tan lento que, cuando llegamos a Argentina, ya teníamos una base de cosas que nos pasaban en Uruguay. Ya teníamos los pies sobre la tierra. O vamos a Europa y tocamos para 200 personas. Siempre el ego está como agarrado, no lo dejo elevarse hacia ningún lado.
-Y las bandas uruguayas vienen creciendo…
-Es un poco de justicia. En Uruguay siempre se escuchó mucha música argentina y en Buenos Aires nunca se le prestó atención a lo que se hacía del otro lado. Me parece que se está dando un intercambio justo, es sano. Ese intercambio hace que las cosas mejoren. Nosotros estamos como filtrándonos a una escena argentina que quizás tenía algunas grietas, por donde entramos junto a La Vela, por ejemplo.
-¿Arrancaste a tocar música, como muchos, para levantar minas?
-Nooo… Pero el escenario tiene un plus, sin dudas. Antes de hacer música no me puse a pensar si me iba a servir. Pero después pasa, es la realidad. La música te embellece. A mí me pasó: cuando me empezaron a ver arriba del escenario se me acercaron más minas, es algo normal.
-¿Eso es peligroso?
|-Y… Podés darte cuenta que se te acercan por interés o podés no darte cuenta.
O mejor: podés hacerte el boludo.

Gracias a facundo por la data...
Datos:Revista H

1 Mensajes eNeTeVeGeros:

Anónimo Nos comentaba...

la revista es uruguaya?:D

Dejanos tu comentario,gracias

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